jueves, 1 de julio de 2010

Fidias y la mediocridad


Fidias trabajando en la cabeza de Zeus


Les cuento que admiro grandemente al escultor Fidias, que vivió en la Hélade de Oro, cuando fue el apogeo de Grecia, contribuyendo a su esplendor artístico con lo que todavía podemos apreciar, como el Erectión con sus cariátides, por ejemplo.
Era, pues, un escultor griego, nacido en Atenas (490 a.C.- 431 a.C.) que llevó la escultura a las cotas más altas de perfección y armonía. Fueron justamente sus dos alumnos más destacados, Praxíteles y Polícleto, que fijaron los cánones de las proporciones artísticas más armónicas, las que se usan hoy en día (yo las uso).
Vivió en la época de Pericles, su gran amigo y protector (amo a Pericles!), que le encargó la supervisión de los trabajos escultóricos y arquitectónicos de la Acrópolis.
Fidias realizó la estatua criselefantina (es decir, de culto) de Atenea Parthenos y diseñó el friso, los dos frontones y las noventa y dos metopas del Partenón (de las cuales la casi totalidad las tienen los ladrones del Museo de Londres).
En el año 437 a.C. se trasladó a Olimpia para confeccionar la estatua crisoelefantina de Zeus olímpico, considerada una de las siete maravillas de la antigüedad, hoy desaparecida.
Cuando regresó a Atenas en 433 a.C. , el grupo de gente mediocre y envidiosa que nunca falta le acusó de haber robado parte del oro del manto de la Atenea Parthenos, era una maniobra política que pretendía desacreditar a su protector Pericles. Fidias era tan honrado que casi enfermó con esa calumnia, por lo que mandó desmontar totalmente el manto de oro de Atenea y lo hizo pesar: no faltaba un solo gramo.
Aunque demostró su inocencia, como no creía en los dioses del Olimpo, más tarde se le acusó y condenó por blasfemia porque se había representado a sí mismo y a Pericles en la amazonomaquia (combate de amazonas) del relieve del escudo de la diosa Atenea, fue una humorada de su parte. Y zafó de la condena a muerte por la conmovedora defensa que hizo Pericles de él en el juicio a su amigo de toda la vida.
Tras salir de la cárcel se exilió a Olimpia donde murió en el año 431 a.C.
Como ven, la envidia, la calumnia, la ignorancia, la mediocridad y los intereses mezquinos existieron siempre...

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