Cuántas veces nos hemos quedado mirando, de niños, extasiados ante las rápidas, hábiles y mágicas manos de nuestras abuelas con las agujas de ganchillo, y las interminables hebras de colores que surgían de canastos llenos de ovillos...
Y cuando crecimos, vimos que ese tesoro artístico y artesanal que nos legaron podrían muy bien mostrarse al mundo, fuera del seno de nuestros hogares, en distintas manifestaciones plásticas, sin límite de expresión.
Es así como, en todos los países del mundo, otras hábiles y creativas manos le han dado a esas hebras de colores, ganchillo mediante, un destino singular.
Varias muestras de ello hemos agrupado en este posteo, que nos hace pensar que, efectivamente, para la imaginación sólo el cielo es el límite.
Del
ganchillo tradicional nunca nos terminamos de maravillar por las primorosas piezas tejidas que salen para usos varios:
(recuerden que al pinchar sobre las imágenes, se amplían para verlas mejor)
Qué niño no ha tenido, en su ocasión, juguetes realizados con las mismas técnicas...
No contentos con eso, el crochet se amplía e incluye objetos varios, algunos útiles y otros simplemente vanos...
No bastando con producir juguetes, fuerte es la tentación de reemplazar la taxidermia y la masacre de la caza tejiendo los animales que nos gustan
Vanidosos por naturaleza, las joyas son también una meta para esta técnica cuidadosa, con materiales tan preciosos como sus diseños.
Y si de arte fino se trata, de allí al arte tradicional hay un solo paso, por lo que los cuadros primorosos enmarcados comienzan a cobrar prestigio decorativo.
Del cuadro a la escultura hay... ninguna distancia.
Ni los retratos se quedan sin su técnica tejida al crochet.
Ganar la calle con el arte urbano es un derecho y una idea feliz a la hora de expresar ideas, engalanar parques y protestar contra la guerra.
Y ya en la calle, terminamos nuestra tarea de colorear, dar calidez, divertirnos y hermosear, con enormes y didácticos parques de juegos para niños.
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