En realidad, el verdadero graffiti es arte.
Desde el concepto más básico, un
graffiti es una inscripción o dibujo que se realiza en un lugar público, por lo
general sin autorización, se trata de un hecho de vandalismo, ya que se pintan
en espacios de público acceso o incluso en la propiedad privada ajena. Pueden
aparecer graffitis en la puerta de una institución, en el vagón de un tren o en
la pared de una casa, por citar algunas superficies. En estos casos, el
graffiti supone un daño, aunque muchas veces los dueños de las
propiedades ceden su pared, según lo que les van a pintar. Los grafitis pueden
ser pintados también en esculturas, columnas, basamentos…
Ahora bien, si los pintores de graffitis
oyen que les decimos así a cosas como estas
te dirán que es un tag, un
graffiti muy primitivo, es decir, una firma, un garabato en donde se lee algo,
tanto en forma lineal como en sus variaciones con bordes, colores. Puede ser un
mensaje de odio, de protesta, de fanatismo deportivo, de broma, un poema, una
marca territorial. Todos, por supuesto, tienen algo que decir. Y, mayormente,
es más que nada vandalismo, es una expresión agresiva, no tiene otra función
que incomodar, especialmente para los dueños de la pared y el vecindario,
agravado por el hecho de que es rechazado por la gente que lo ve, y muchas de
estas inscripciones las entienden sólo algunos. Quieren aportar algo, y sólo lo
hacen para su propio círculo.
Están los típicos blocks
letters, esto es, letras grandes y emblocadas, sólidas y con sensación
de relieve o de contornos y rellenos muy definidos. Son sencillos, legibles y
enormes. Una variación más imponente del tag.
Cuando se trata de un graffiti
orgánico, estas letras incluyen mucho color y agregados naturales,
estilizaciones cercanas al surrealismo. Hay infinitas variaciones y ya no
puedes evitar detenerte a mirar.
Luego vienen los que representan a
personas determinadas, los que tienen efecto 3D, los que son abstractos, los
que son íconos representativos de una idea, entrando ya a lo que no podremos
fácilmente olvidar: el arte urbano.
Para los creadores de graffitis-arte, ellos
se consideran parte de un grupo de graffiteros de elite, creadores y únicos.
Tienen algo que decir como los anteriores, pero elaboran un estilo, una
creación y un conjunto que no tiene nada que envidiar a las pinturas de los
salones y museos y, muchísimos de estos graffitis los superan.
Muestro algunos de mi ciudad, ya que
no puedo -ni quiero- perder la oportunidad de fotografiarlos cada vez que veo
uno.
De
lo que deducimos que, en efecto, siempre el graffiti es una
manifestación de vandalismo, de rebeldía y de choque. Y cuando es una obra que
tiene todos los elementos para ser admirada, nos detiene en nuestro caminar
diario y nos deja pensando un rato en lo que quiere expresar, que es justamente
lo que busca conseguir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario