Se dice muy bien que el verdadero arte fotográfico se encuentra entre los diez centímetros que separan la cámara del fotógrafo. Se puede tener una cámara sencilla o un celular, y el ojo del que ve y encuadra un motivo puede lograr algo magnífico según su visión y el modo en que use la herramienta que tiene en la mano.
Por supuesto, un fotógrafo que tiene conocimiento de velocidad de obturación, apertura del diafragma, filtro, objetivos, enfoque, ISO y además tiene una reflex con la cual puede trabajar en modo manual a su capricho, es dueño del infinito creador.
Todo nace en su ojo y su talento, lo demás son sólo herramientas que de nada sirven si no son sabiamente usadas.
Vita Vera en plena tarea.
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