Extractado de una nota del Dr. Omar Lopez Mato para el Diario "La Capital" de Mar del Plata, el 26 de junio de 2005.
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En la larga historia de los pintores afectados por opacidades en el cristalino, el que abre la lista es Piero della Francesca, eximio pintor y científico pre-renacentista, uno de los primeros en explayarse sobre la divina proporción. El pobre vivió muchos años y quedó ciego cuando tenía casi 70 años, según nos cuenta Vasari. Luca Signore (1445 - 1523) y Guido Reni (1572 - 1642) también sufrieron cataratas, ya que sus paletas se volcaron hacia el amarillo con los años.
En el caso de Doménico Beccafumi (1485 - 1560) predominaba el naranja. Tiziano - que llegó a centenario- fue privando a sus pinturas de los colores azules - que se tornaron negros- y predominaron los rojos apagados y los marrones, además de desdibujarse los bordes de sus figuras a punto de parecer inconclusas. Claramente puede verse esto en la "Coronación de espinas", obra que Tiziano pintó en dos versiones con 30 años de diferencia (una se encuentra en el Louvre, la otra en Munich). Algo semejante pasó con la obra de Rembrandt de sus últimos años.
Durante muchos siglos se operó la catarata, removiéndola del eje pupilar, pero dejándola dentro del ojo. Esta cirugía se llamaba "reclinación" y hasta hace unos años atrás todavía viajaban por la India unos "reclinadores" encargados de practicar esta técnica. La catarata es una patología que se da más frecuentemente en los países con mayor cantidad de horas iluminadas por el sol. La India fue por muchos años -gracias a sus condiciones climáticas y la subnutrición crónica de la población- un lugar plagado por cataratas. Un tal coronel Smith, a principios del siglo XX, había organizado un campamento sanitario donde sólo se operaban cataratas. Hacía largas hileras de camillas y pasaba de una a otra removiendo cristalinos. Al cabo de un día operaba a 60 pacientes al aire libre sin quirófano ni microscopio. Gracias a la organización sanitaria, hoy en la India se hacen casi 3.000 cirugías por cada millón de habitantes - con lo que ha disminuído dramáticamente la incidencia de ceguera por esta causa.
Reclinación y ceguera
Hasta 1750 las cataratas se operaban por "reclinación" con resultados malos o pésimos, las más de las veces. De esta forma lo operaron a Antonio Ebrio y a Rosalba Carriera que terminaron ciegos. Rosalba Carriera fue una de las pocas mujeres pintoras famosas de su tiempo, siendo más conocida que Il Canaletto y hasta que el mismo Tiepolo. Esta veneciana sufrió una marcada disminución visual a los 66 años. Aun así se resistió a ser operada. Finalmente fue sometida a una "reclinación" que restauró su visión sólo por pocos meses, quedando luego irremediablemente ciega.
Pero la ciencia vino al rescate de los sufrientes y apareció Jacques Daviel (1693 - 1762), médico con inclinaciones oftalmológicas que decidió extraer el cristalino cataratoso del ojo, responsable de las reacciones inflamatorias tardías. Con una tijera y pinzas de su invención cortaba la córnea y tiraba del cristalino hacia afuera logrando su remoción.
Contemporáneo de Daviel era Francois Devosge, célebre pintor perteneciente a una tradicional familia de artistas. A los 16 años le habían encomendado decorar la iglesia Gray, en su ciudad natal. Su prometedora carrera, con especial inclinación por la escultura, fue interrumpida cuando en 1750 sufrió una iridociclitis bilateral (un proceso inflamatorio intraocular). En el caso de Devosge se complicó con cataratas bilaterales.
En 1754, después de estar ciego por cuatro años, dejó que le reclinaran la catarata del ojo izquierdo. Como era de prever, la operación fue un fracaso y el ojo terminó atrofiado. Desesperado fue a verlo a Daviel a Paris. Sus curaciones ya le ganaban fama mundial. Después de haber sido informado sobre las posibilidades de complicaciones, Devoges decidió que Daviel lo opere con su nueva técnica. El 14 de mayo de 1756, se encomendó a Dios y se puso en manos de Daviel. La operación fue un éxito y al poco tiempo Devosge, con sus anteojos de correción, volvió a pintar y terminó su formación como artista. Retornó a Dijon para fundar una escuela de Bellas Artes, en donde se formaron discípulos tales como Prudhon y Rude. Eternamente agradecido Devosge le dedicó a Daviel un grabado, donde la Gloria lo conduce a la Eternidad.
No todos tuvieron tanta fortuna como Devosge, que vivió 69 años valiéndose de un solo ojo. El célebre Honoré Daumier, caricaturista, pintor, grabador y escultor, comenzó a perder la vista a los 65 años. Fue operado en 1878, a poco de que sus amigos organizaran una exposición retrospectiva con sus obras. Aunque no existen datos sobre su operación, no parece que Daumier hubiese mejorado su condición, de hecho murió meses después de un accidente cerebro vascular.
De los Nazarenos
Wilhelm Von Schadow (1788 - 1862), miembro del célebre grupo de los Nazarenos fue operado de cataratas a los 60 años. A pesar de haber sido un éxito la cirugía, decidió no volver a la pintura.
Monet tenía cataratas y aún así finalizó su obra más célebre, "Los nenúfares". De Mary Casat, la pintora norteamericana que se unió al grupo de los impresionistas, se cuenta que al presentar sus trabajos a Degas, el misógino exclamó "No admito que una mujer dibuje así de bien". Con el tiempo se hicieron amigos y la relación entre ambos fue lo más parecido a un romance que tuviera Degas en su vida. Al igual que Degas, cuando por su diabetes y la evolución de sus cataratas Mary vio disminuída su visión, cambió los óleos por el pastel. Después de ser operada dejó de pintar hasta su muerte, quince años más tarde.
Entre aquellos que vieron cortada su carrera por las cataratas no podemos dejar de mencionar a William Hunt, pintor pre-rafaelista de delicado trazo. Cuando estaba pintando "Cristo, luz del mundo", su obra más célebre, Hunt tuvo una crisis religiosa y se convirtió al cristianismo. Esta obra dio la vuelta al mundo. En Australia y Nueva Zelanda la gente esperaba horas para verla. Muchos caían de rodillas y experimentaban una profunda perturbación. La última versión de esta obra no pudo ser completada por el pintor debido a sus cataratas. No quiso operarse y poco después falleció. Fue enterrado en Londres, en la Catedral de Saint Paul, justamente bajo ésta, su obra maestra, finalizada por sus discípulos.
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