"Escuché algo así como que la esperanza resuelve todos los problemas. No es así. La esperanza no resuelve nada. La solución de los problemas está en la acción para resolverlos. Claro, siempre que uno quiera o pueda resolverlos. Hay una esperanza nociva y es aquella que paraliza, que no permite el accionar de las personas. Son esas gentes que todo lo esperan desde fuera de sí y a la vez, hacen "profesión de optimismo". Dicen: -"Tengo la esperanza de que algún día no haya más hambre en el mundo." Mierda con eso. Mientras, miles y miles, millones, sufren de manera inenarrable con ese flagelo provocado por la perversidad de los poderosos que gobiernan el planeta. El hambre NO es un cataclismo natural. Hay una esperanza que es quietud, detenimiento. Otra que es en la acción. Digo: -Quienes accionan, quienes se comprometen con alguna causa, a la vez, están esperanzados en el logro de sus respectivas acciones. Baudelaire, en las barricadas, escribía poemas con el fusil al hombro. Lo cuentan quienes lo vieron. Y me pregunto: ¿Qué cambia el arte? Y me respondo: Nada. El arte nada cambia. El arte muestra a través del artista. Éste ve, siente, luego pone en el planeta eso que vio y sintió, en formato obra. Lo que él hizo, lo que produjo desde su total cosmogonía, es lo que llegará a otros en contenido, en metáfora después de una tarea titánica, luego de una acción en la cual dudas y certezas pugnan inexorablemente para qué, eso que será, esté siendo en el preciso instante en que el artista comienza a transitar por la Zona Solitaria y Sublime de la creación. El Guernica fue hecho después de la matanza. Entonces, testimonio. Cabe entonces que pueda decir por qué colijo que el arte nada cambia. Porque el que debe accionar para que algo cambie, es el hombre, no el arte. El arte muestra, a través de las obras, dice, cuenta, narra, y por ello, el hombre puede tomar conciencia de algo y accionar en consecuencia. El Guernica fue hecho después de la matanza, al igual que los fusilamientos de Goya. ¿Pero el hombre tomó conciencia del horror que muestran esas monumentales obras? NO. En absoluto. En contrario, sofisticó las armas, llevó casi a la perfección los sitemas de destrucción masiva, para que, día a día, esas armas sean más poderosas, más dañinas. El Guernica, como testimonio del horror sigue allí, expuesto, valorado en millones de dólares y de euros, como si nada. Tal vez, Munch, cuando tuvo que hacer El Grito, se estaba adelantando en el tiempo y quiero sentir, en este instante en que escribo, que esa obra, vertiginosamente se trasladó en un tiempo no cronológico y esa figura, ese rostro, esas manos en la cara, esa boca abierta gritan desesperadamente, porque están paradas ante El Guernica, observando la matanza".
Helios Buira
En Buenos Aires.
25 de noviembre del 2006.
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