En el capítulo dedicado a Lola Mora, escribe Leopoldo Lugones sobre la fuente recién inaugurada (extraigo solo algunos párrafos curiosos que dan idea de lo difícil que ha sido para la pobre Lola en esa época, encontrar un lugar):
..."Dominados por el pesimismo intelectual a que nos tienen ya hechos nuestras dulces enemigas,previnimos el casi seguro desencanto de una amable incredulidad. Sin duda la mujer vale siempre más por su traje que por su cabeza, y cuesta suponer excepciones a ley tan imperiosa"...
..."Sea como quiera,y con todos sus defectos que sería imperdonable callar, tratándose de una obra pública y de la verdad, más blanca que el mármol, una obra en la cual hay tres estatuas de indiscutible mérito y cuya totalidad es bella, merece franco aplauso. El sexo de la autora, su juventud, sus estudios poco más que elementales en el género, y su cultura, indudablemente escasa como la de todas las argentinas, datos que, si no disculpan mamarrachos, suspenden las conclusiones severas"...
..."La impresión dejada por esa fuente es de obra de varón...su resolución, su gallardía, son varoniles, así se entremezcle, embelleciéndolas, cierta molicie femenil que es como la armonía flotante del conjunto"....
..." Y mientras precisaba mis primeras conclusiones de espectador, la fuente seguía destacándose en el celeste angélico de la lejanía; el agua, dorada de sol, se pulverizaba sobre el sacarino blancor de la piedra nueva, y a la distancia, borrados ya los detalles ingratos, el grupo superior eternizaba su armonía de estrofa...
Señorita, gracias a usted encuentro posibles las mujeres de talento. ¡Qué talento tiene usted!"
Medio machista mi querido Lugones, no?
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