A veces los teléfonos móviles nos dan gratas sorpresas de fotos muy impactantes. No soy fotógrafo, ni cerca, aunque sí tengo “dedo nervioso” sobre el disparador de cualquier cámara.
En este caso, me atreveré solamente a dar estos sencillos consejos basados en la experiencia, disculpándome ante los fotógrafos de verdad, ya que mi conocimiento es primario. Aquí muestro ejemplos del cielo, que cuando éste me deslumbra (cosa que hace seguido), todos tomados con el teléfono móvil Samsung, sencillo y elemental, ya que este aparato está conmigo desde hace cinco años, así que es… prehistórico, ante el auge de modelos nuevos y mucho más sofisticados.
Para cazar esos cielos extraordinarios que no queremos dejar de ver y recordar, aunque sea en un papel impreso o en nuestro ordenador, hay que ir a las opciones de la cámara (la consabida ruedita de engranaje) y elegir graduar los valores de exposición, en mi caso los bajo, para quitarles un poco de abertura o de luz. Y, por supuesto, no situar nunca el horizonte en el medio del encuadre, que esté un poco más arriba o un poco más abajo, así logramos mejores composiciones.
Estas fotos son en bruto, tal como salieron del teléfono celular.
Atardecer desde el Cerro del Tío Pío, Madrid, España.
En la ruta camino a Diamante, Entre Ríos, Argentina.
Atardecer sobre el río, Paraná, Argentina.
Granada, Al-Ándalus, España.
Mar del Plata, Argentina.
En la esquina de mi casa.
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