No me avergüenza en absoluto contar mi ignorancia total. Era estudiante de bachillerato cuando vi por primera vez imágenes de esta obra arquitectónica. La rechacé de plano, me resultaba tan barrosa, tan cargada, tan exageradamente barroca… Las fotos que yo veía se referían, obviamente, a la Fachada del Nacimiento. No había visto la Fachada de La Pasión.
La primera vez que la vi en vivo, caminándola por dentro, allá en mis tiernos 22 años, mirando el cielo por un cielorraso aún sin construir, con los hombres en el extremo superior pequeños como hormigas, pedí perdón a Gaudí. Literalmente.
La construcción me pareció asombrosa y la Fachada del Nacimiento, analizándola en vivo, la entendí: no podía tratarse de otra manera una de las partes más oscuras de la biblia, la matanza de los inocentes y toda esa historia abundante en detalles macabros. Además, Gaudí vivió y trabajó un tiempo en Mallorca, y la Fachada mostraba la representación de las muchas coves de estalactitas y estalacmitas de esa tierra.
Al salir por la Fachada de la Pasión quedé embelesada con la síntesis total de las formas, ese nudo, esas manos, hechas con unos pocos planos geométricos… Un modernismo que sacudió mis fibras.
Cuando regresé, hace unos pocos años, la Basílica estaba mucho más avanzada, cerrada en su parte superior y con una altura mayor aún que la que había visto hace décadas. La volví a estudiar con ojos más críticos, no sé cuántas horas pasé allí, mirándolo todo. Lo más emocionante fue, para mí, entrar a la cripta en el subsuelo y toparme inesperadamente con la tumba de Antoni Gaudí, ahí me senté, casi en el suelo, para acariciar el mármol mientras las lágrimas me caían sin poder ni querer contenerlas.
Gaudí sabía, desde siempre, que él no vería su obra terminada. Prueba de ello es que aún se está construyendo a casi un siglo de su fallecimiento y con las máquinas más modernas, inexistentes en su época. Asombra e inspira respeto el legado que el maestro hizo a la humanidad para que ella termine, en su nombre, su obra magna: la Sagrada Familia, en Barcelona.
Si esto no es apostar al futuro y a la gente de su tierra, no sé qué otra cosa puede serlo.
"¡Mire este final...! ¿No es verdad que parece que une la Tierra con el Cielo?" (A. Gaudí)
La rusticidad de la piedra y la liviandad de las filigranas.
"Los paraboloides, hiperboloides y helicoides, variando constantemente la incidencia de la luz, tienen una riqueza propia de matices."
(A. Gaudi)
"El gran libro, siempre abierto y que es necesario esforzarse en leer, es el de la Naturaleza", (A. Gaudí)
Fauna y flora en toda la arquitectura.
La naturaleza y la luz
La geometría.
La maqueta.
La cripta.
"La forma ramificada de las columnas y su gran número darán la impresión a los visitantes de estar verdaderamente dentro de un bosque". (A. Gaudí)
Por favor… ❤
"Me ha dado mucho a pensar el que no hayan sido aplicadas antes y que deba ser yo el primero en hacerlo. Esto sería lo único que, en todo caso, me haría dudar. No obstante, creo que, convencido del perfeccionamiento que suponen, tengo el deber de aplicarlas". (A. Gaudí)
"La construcción tiene por objeto librarnos del sol y de la lluvia; imita a la del árbol, puesto que éste es un acopiador del sol y la lluvia... ya que las columnas fueron al principio árboles" (A Gaudí)
Juegos de luces naturales.
Juego de luces II
Se proyectan en el piso formando arcoiris.
Juego de luces III
Vitrales modernos y abstractos.
"También hallé una exhuberante palmera margallón..." (A. Gaudí)
Detalles vegetales.
Detalles animales.
Cantoría con baranda vegetal.
Detalles de la Fachada de la Pasión.
"Esa Naturaleza que siempre es mi maestra..." (A. Gaudí)
"Con las macetas de flores, rodeado de viñas y olivos, animado por el cloqueo del averío, el piar de los pájaros y el zumbido de los insectos..." (A. Gaudí)
Un pensamiento respetuoso hacia el genio de Reus.
No hay comentarios:
Publicar un comentario