jueves, 16 de junio de 2022

El caballo es un arte

 Hay mucha belleza en la naturaleza, en todas las especies de animales, aun las más exóticas o las que no nos producen simpatía, todos los animales tienen algo bello e interesante que mostrar.

Si me toca hablar sobre el arte y los animales que son representados, hay infinitud de animales e infinitud de materiales de los que nos podemos valer para nuestro cometido. Un ejemplo:

En vidrio.

En papel.

En mármol, Tigre de Deusto.

En bronce, Zoológico de Taipei, Taiwan.

Si hablamos en perfección arquitectónica, nadie como el caballo. Hermanado con la geometría de un modo absolutamente armónico y artístico, el caballo posee proporciones casi perfectas, únicas. Estudiado, amado, ponderado y representado por los artistas plásticos de la historia, el caballo lleva la bandera que encabeza la fila de animales en el arte, dueño de la facilidad de expresar ciertos sentimientos y emociones con sus actitudes, tanto para los que conocen de esta especie, como para los que no, limitándose sólo a admirarlo.

Leonardo da Vinci.

Apreciando su geometría, el caballo entra en sencillas líneas y proporciones relacionadas de manera notable: desde el encuentro a la grupa, desde la línea de la cruz-grupa a los cascos, el caballo entra en un cuadrado perfecto y su ancho del torso es equivalente al largo de sus patas, de su lomo y de su cabeza, al mismo tiempo que de la cruz a su nuca. Lo que por conclusión vemos que la cabeza es igual a su cogote en el largo.

Su andar elegante en el trote, en la caminata, en el galope y el salto, marca ángulos perfectos que se relacionan en simetría axial entre un par de patas con el otro par. Su cabeza y su actitud toda nos dice qué siente, qué espera, qué desea, con la actitud de las orejas, la expresión de los ojos, la apertura de sus ollares, la curvatura de su formidable cogote. Si está desconfiado, amoja las orejas hasta dejarlas horizontales: así sabes que saldrá corriendo o se defenderá, aléjate. Sus ojos son casi humanos.

Si es árabe, su perfil cóncavo lo delatará, ya que ningún otro es dueño de esa curva. Si es criollo argentino, su perfil convexo es su mayor característica. Si es percherón, será cuarterón y ranilludo y cuando lo veas venir marcando el paso, la tierra vibrará. Cada raza de caballo es un indicador de etnias humanas y de trabajo e historia para contar, como ver a la madre que acaba de parir en el horizonte, y lo sabes porque está caminando en círculos estrechos: su cría recién nacida está en el medio. Si la cría corre pegada a su madre o detrás, es potranca. Si va adelante, es potrillo. Si se le cruza a su paso pechándola, quiere mamar. Si los demás caballos lo dejan pasar y comer primero, es el padrillo de la manada.

Lo que significa que no cualquiera puede representar caballos en el arte, debes conocerlos, si no un tropero te criticará la obra, anulándotela.

Pocos animales, como el caballo son tan complejos de representar, y tan admirables ante los ojos de la mayoría de la humanidad, en belleza, nobleza y servicio.

Esculturas de Hidelberg Ferrino.

Potranquita.

Verano.

Maqueta del Monumento al Potrillo, para Coronel Vidal, Argentina.

Trabajando en el Monumento al General San Martín, para Tandil, Argentina.

  • Encuentro: zona del pecho en donde se juntan los pectorales, con las escápulas con el húmero.
  • Amojar: bajar las orejas, signo de agresividad de los animales.
  • Cuarterón: grupa grande, voluminosa.
  • Ranilludo: de ranillas peludas, generalmente dejadas largas y peinadas.
  • Pechar: detener oponiéndose al pecho del otro o entre dos pectorales.

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