martes, 30 de agosto de 2022

Dibujando con papel libre

 Me ha venido a la memoria una experiencia mientras estudiaba el profesorado en la Escuela Superior de Artes Visuales de mi ciudad. Estábamos en un gran patio cubierto, sentados todos, dibujando al modelo vivo en el centro de todos nosotros a su alrededor.

Con mi impecable hoja blanca Romaní pesada, de 50 cm x 70 cm, sobre un tablero acorde, trabajaba sobre mi falda con total respeto por la dirección del papel y su blancura, ya que había escuchado decir a la profesora, que en ese entonces era también la directora de la institución, Elsa Maidán de Mompellier, dirigiéndose al alumnado:

—Que el dibujo quede en el papel como si se hubiera dibujado solo.

Vale decir, que el papel quedara impoluto, sin huellas. Y siguiendo la consigna estaba abocada en el trabajo cuando al pasar junto a mí miró mi tablero y me dijo:

—El papel es móvil, dalo vuelta si lo necesitás, no tiene que estar fijo.

Clink, caja, las dos enseñanzas. No obstante, me gusta trabajar con el papel fijo, en el caballete, para apreciar el producto en la misma posición como se vería cuando lo termine. Es algo personal.

Mi caballete.

Salvo cuando hago acuarelas que, si bien busco que haya una dirección determinada en el chorreado, suelo darlo vuelta sobre la mesa de dibujo inclinada para jugar con los caprichos de las gotas de color.

Mi mesa.

El prestigioso maestro Juan Carlos Castagnino tenía una técnica muy personal: llenaba una bañera con agua y echaba adentro sus papeles blancos. Cuando se mojaban bien los sacaba y los acomodaba en el piso, para mancharlos y salpicarlos con sus acuarelas. Luego, al secar, de acuerdo a lo que resultaban de esos colores, trabajaba encima lo que se le antojase y le inspiraran las manchas.

Mi consejo es éste: Haz lo que quieras con tu papelNo existe un correcto ni incorrecto. Todo tiene que ver con la comodidad de cada artista, el estilo, el deseo de hacer las cosas de determinada manera, a su libre antojo. A nadie le importa si has hecho una obra patas arriba para ponerla al derecho sobre la pared, si la hiciste en el piso o en la mesa, si la llenas de dedos o si está impecable, sólo importa el resultado final.

Si en el arte no puedes ser libre, no puedes serlo con nada.

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